Recomendaciones sobre ejercicio físico en sujetos post-COVID-19


Se han publicado muchas recomendaciones para el ejercicio y la actividad física por parte de organizaciones profesionales y agencias gubernamentales, desde las publicaciones sui generis del American College of Sports Medicine (ACSM).

El Colegio Americano de Medicina Deportiva (1998) argumenta que la aptitud muscular se compone de los parámetros funcionales de fuerza, resistencia y potencia, y cada uno mejora como consecuencia de un régimen de entrenamiento de resistencia diseñado apropiadamente.

A medida que los músculos entrenados se fortalecen y se agrandan (hipertrofia), la resistencia debe incrementarse progresivamente (Tabla 1) para acumular ganancias adicionales. Para optimizar la eficacia del entrenamiento de resistencia, las variables del programa (frecuencia, intensidad, volumen, intervalos de descanso) se adaptan mejor a los objetivos del individuo.



En la tabla 2, la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) recomienda combinar un programa de entrenamiento con ejercicios aeróbicos y pesas. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado o también 75 minutos de ejercicio vigoroso cada semana o una combinación entre ambos.



Por otro lado, la Asociación Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) sugieren ejercicios de fortalecimiento muscular, asimismo actividades aeróbicas, para sujetos confinados a causa de la COVID-19 o con enfermedades crónicas.

Por último, dichos organismos e instituciones nos muestran algunos ejemplos de actividades que se pueden hacer en casa, dentro de ellas combinación de actividad aeróbica con fuerza. Rodríguez et al. (2020).

Recomendaciones de Terapia respiratoria para 8 semanas.

Se tomaron en cuenta diferentes investigaciones previas a este estudio para tratar la neumonía por SARS-CoV-2, a continuación, se muestran los ejercicios seleccionados para mejorar la función pulmonar.

La posición en decúbito prono durante 2 minutos puede ayudar en la ventilación del pulmón dorsal a través de la reducción de la compresión pulmonar por el corazón en la posición semiprona debido al desplazamiento ventral del corazón (Mccormack, Burnham y Southern, 2017).

Sentarse y ponerse de pie son las posiciones preferidas en pacientes que no están críticamente enfermos para maximizar la función pulmonar, incluida la capacidad vital forzada, aumentar la distensibilidad pulmonar y el retroceso elástico, cambiar las estructuras mediastínicas y proporcionar una ventaja mecánica en la espiración forzada (Padilla & Muñoz, 2017).

En la guía creada por los departamentos de Medicina de Rehabilitación en Columbia University Irving Medical Center y Weill Cornell Medicine (2020) sugieren que para la rehabilitación pulmonar es necesario mejorar la dificultad de respirar, aumentar la capacidad de ejercicio y mejora la calidad de vida, dentro de la actividades se pueden incluir ejercicios para el fortalecimiento muscular que abordan la debilidad y perdida muscular que sucede después de la estancia en el hospital, asimismo el equipo para realizar dichos programas se puede utilizar un espirómetro de incentivo.

La respiración con los labios fruncidos se realiza mediante una inspiración nasal, seguida de un soplo espiratorio contra los labios fruncidos para disminuir el colapso de las vías respiratorias, reducir la frecuencia respiratoria y la hiperinflación dinámica durante el entrenamiento con el objetivo de aumentar la resistencia en general (Wang et al., 2020).

Se pueden utilizar maniobras de espiración forzada como la tos fuerte para impulsar las secreciones. Un resoplido se realiza con una glotis abierta donde la compresión dinámica del punto de presión igual de las vías respiratorias crea un aumento en la velocidad lineal del flujo de aire espiratorio y propulsa las secreciones (McIlwaine et al., 2017).

Según Wang et al., (2020), la terapia pulmonar o las actividades para mejorar la respiración deben interrumpirse si la Sat02 no se recupera y el paciente no puede mantener una puntuación de la escala de disnea de Borg de menos de 4, con reposo y suplementos de oxígeno. Los ejercicios de rehabilitación también deben detenerse por dolor de pecho, palpitaciones y mareos.

En el estudio realizado por Zhao y Wang (2020), determinaron las siguientes recomendaciones para la rehabilitación pulmonar en pacientes adultos con covid-19:

La rehabilitación posterior al alta de los pacientes leves y moderados consiste principalmente en mejorar la aptitud física y la adaptación psicológica. Se pueden seleccionar ejercicios aeróbicos progresivos para que los pacientes puedan recuperar gradualmente el nivel de actividad antes de la aparición de la enfermedad y eventualmente regresar a la sociedad. Los pacientes con COVID-19 grave o críticamente enfermos con disfunción respiratoria o de las extremidades después del alta (tabla 3) deben someterse a rehabilitación respiratoria.



Importante: Antes de iniciar con un programa de ejercicios físicos se sugiere estar dado de alta hospitalaria y además para la monitorización-control de la intensidad, se recomienda utilizar como referencia la frecuencia cardiaca (pulsioximetría en cada sesión), del mismo modo para el control de los ejercicios y la optimización del entrenamiento, se propone la fórmula Karvonen (Frecuencia cardiaca máxima), además utilizara la escala de Borg en cada sesión para valorar la sensación subjetiva del participante frente al ejercicio físico.

Por otra parte, los niveles de oxígeno deberían de estar sobre 94 % de Sat02 (saturación de oxígeno en sangre) y la frecuencia cardiaca a un 40-50 % en las primeras 5 semanas de entrenamiento y un 50-70 % las siguientes semanas, dado al bajo nivel de condición física y la función pulmonar deteriorada en los sujetos post-COVID-19.

Finalmente, es necesario acudir a un profesional de las ciencias de la actividad física para que pueda valorar su condición física y la calidad de vida antes del programa de ejercicio físico.

 

Autor: Alex Chacón Sevilla

Mail: esaualex88@yahoo.com

 

Referencias:

  1. Colegio Americano de Medicina Deportiva. Posición de pie: la cantidad y calidad recomendadas de ejercicio para desarrollar y mantener la aptitud cardiorrespiratoria y muscular, y la flexibilidad en adultos sanos. Ejercicio deportivo Med Sci. 1998; 30 (6): 975-91.
  2. Mccormack, P., Burnham, P., & Southern, K. W. (2017). Autogenic drainage for airway clearance in cystic fibrosis. Cochrane Database of Systematic Reviews, 2017(10). https://doi.org/10.1002/14651858.CD009595.pub2
  3. McIlwaine, M., Bradley, J., Elborn, J. S., & Moran, F. (2017). Personalising airway clearance in chronic lung disease. European Respiratory Review, 26(143). https://doi.org/10.1183/16000617.0086-2016
  4. Nelson, M. E., Rejeski, W. J., Blair, S. N., Duncan, P. W., Judge, J. O., King, A. C., Macera, C. A., & Castaneda-Sceppa, C. (2007). Physical activity and public health in older adults: Recommendation from the American College of Sports Medicine and the American Heart Association. Circulation, 116(9), 1094–1105. https://doi.org/10.1161/CIRCULATIONAHA.107.185650
  5. Rodríguez, M. Á., Crespo, I., & Olmedillas, H. (2020). Exercising in times of COVID-19: what do experts recommend doing within four walls? Revista Espanola de Cardiologia, 73(7), 527–529. https://doi.org/10.1016/j.recesp.2020.04.002
  6. Vega Padilla, J. D., & Barón Muñoz, E. A. (2017). Exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Medicina General y de Familia, 6(4), 167–171. https://doi.org/10.24038/mgyf.2017.032
  7. Wang, T. J., Chau, B., Lui, M., Lam, G. T., Lin, N., & Humbert, S. (2020). Physical medicine and rehabilitation and pulmonary rehabilitation for COVID-19. American Journal of Physical Medicine and Rehabilitation, 99(9), 769–774. https://doi.org/10.1097/PHM.0000000000001505
  8. Zhao, H. M., Xie, Y. X., & Wang, C. (2020). Recommendations for respiratory rehabilitation in adults with coronavirus disease 2019. Chinese Medical Journal, 133(13), 1595–1602. https://doi.org/10.1097/CM9.0000000000000848