El Trastorno del Espectro Autista (TEA) se define como un síndrome generalizado y sistémico con afectación neurológica, inmunitaria, digestiva y endocrina. [1] Afecta la comunicación, el comportamiento y la interacción social. [1]
Es importante resaltar que se presenta una amplia variedad de síntomas y niveles de funcionalidad, por lo que debemos considerar que cada individuo con TEA tiene necesidades específicas.
Respecto a la alimentación y nutrición, las personas con TEA tienden a presentar selectividad alimentaria, debido a que experimentan hiper o hiposensibilidad sensorial, lo cual repercute en cómo perciben los alimentos y en su disposición a probar nuevos alimentos según el color, la textura o forma de presentación del alimento.
Esto repercute negativamente en la salud, ya que, al no mantener una alimentación variada y equilibrada, pueden generarse deficiencias nutricionales. Se ha estimado que un 89 % de niños con este trastorno presentan algún tipo de problema de alimentación. [1,2]
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En conclusión, es necesario abordar la selectividad alimentaria para garantizar una buena nutrición y bienestar. Para ello, es importante la comprensión y el apoyo permanente. Además, cada persona con TEA es única, por lo que las estrategias a usar deben adaptarse a sus circunstancias específicas y siempre buscar a un profesional nutricionista para recibir las pautas según sea el caso.
Referencias: