Enfermedades crónicas no transmisibles: ¿la pandemia permanente?

Cómo cuidarse de las enfermedades silenciosas que no se transmiten por contagio, sino por estilo de vida

Cuando buscamos definir enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos estamos refiriendo a aquellas enfermedades que suelen ser de duración prolongada y resultan de la combinación de factores genéticos, fisiológicos, ambientales y conductuales.

Cifras de la OMS indican que las ECNT afectan desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios, donde se registran más del 75% (+32 millones) de las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT).

Las ECNT más comunes son las enfermedades cardiovasculares (ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares), cáncer, enfermedades respiratorias (enfermedad pulmonar obstructiva crónica y asma) y diabetes.

Para evitarlas, la prevención juega un rol muy importante, pero lamentablemente no se difunden de manera adecuada las acciones que debemos tomar. Por ello, es necesario conocer cómo evitar los principales factores de riesgo, para ayudar a la prevención de manera sostenida y colectiva.

El sobrepeso y la obesidad son de los principales factores de riesgo asociados a las ECNT. Si bien últimamente se han reconocido ya como una enfermedad, nos falta mucho camino por recorrer para lograr educar sobre su prevención.

A través de nuestra filosofía, llamada Modo USIL, orientada a educar y promover el bienestar y salud integral, la plataforma informativa Alerta USIL brinda a las personas los conocimientos y prácticas para reconocer y prevenir estas enfermedades, manteniendo hábitos de vida saludables.

La Dra. Teresa Blanco, asesora de la Carrera de Nutrición de la USIL, proporciona algunas recomendaciones:

  1. Consumir alimentos naturales, de la estación, que contribuyan con nutrientes esenciales: ácidos grasos poliinsaturados, aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales y fibra.
  2. Llevar una dieta equilibrada, estando atentos al tamaño de nuestras porciones: consumamos solo lo que requerimos.
  3. Beber agua, de 6 a 8 vasos (2L) al día.
  4. Realizar actividad física constante, mínimo 30-40 minutos, 3-5 veces por semana.
  5. Respirar profundamente para ayudar a la digestión y al metabolismo celular del cuerpo, evitando estrés y ansiedad.
  6. Evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas estimulantes.
  7. Dormir de 6 a 8 horas diarias.