La inteligencia artificial y la salud mental: un apoyo, no un reemplazo

En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser un concepto lejano para convertirse en parte de nuestra vida cotidiana. Está presente en ámbitos como la educación, el trabajo y, cada vez más, en la salud.

En este contexto, la inteligencia artificial ha comenzado a desempeñar un papel en el campo de la salud mental, lo que nos invita a reflexionar sobre su verdadero alcance: ¿puede realmente ayudarnos a cuidar nuestro bienestar emocional?

La inteligencia artificial ofrece herramientas que pueden ser de gran ayuda. Hoy existen aplicaciones que permiten registrar emociones, practicar ejercicios de relajación o recibir orientación inicial, disponibles en cualquier momento del día.

Asimismo, algunos sistemas son capaces de detectar señales tempranas de malestar a partir del análisis del lenguaje o de los hábitos digitales, lo que facilita la prevención y el acompañamiento.

Sin embargo, aunque la tecnología puede brindar apoyo, no reemplaza la conexión humana. La terapia requiere escucha, empatía y contención, aspectos que solo pueden surgir en el encuentro real entre el consultante y el terapeuta.

Ningún algoritmo puede ofrecer la calidez ni la comprensión que nacen del vínculo terapéutico. Por ello, la inteligencia artificial debe entenderse como una aliada complementaria, nunca como un sustituto del acompañamiento psicológico.

También es importante considerar los retos éticos y técnicos que implica su uso. El manejo de información emocional requiere confidencialidad, responsabilidad y supervisión profesional. Confiar únicamente en una aplicación puede generar una falsa sensación de ayuda y retrasar la búsqueda de atención adecuada ante dificultades más profundas.

En definitiva, la inteligencia artificial puede contribuir al cuidado de la salud mental si se utiliza con responsabilidad y criterio.

La tecnología puede acompañar, facilitar el acceso y fomentar conciencia sobre la importancia del bienestar emocional, pero el verdadero cuidado sigue siendo un acto profundamente humano, donde la empatía, la presencia y la comprensión continúan siendo nuestras herramientas más valiosas.

 

Bibliografía:

  1. American Psychological Association. (2024, noviembre 21). Artificial intelligence in mental health care. https://www.apa.org/practice/artificial-intelligence-mental-health-care
  2. Fundación Hospitalarias. (2025, septiembre 10). La IA es útil, pero ante problemas de salud mental hay que acudir a un profesional, a una persona real. https://fundacionhospitalarias.org/es/actualidad/la-ia-es-util-pero-ante-problemas-de-salud-mental-hay-que-acudir-a-un-profesional-una-persona-real
  3. INFOCOP. (2025, abril 14). Beneficios y riesgos de la IA en la atención a la salud mental, según MHE. https://www.infocop.es/beneficios-y-riesgos-de-la-ia-en-la-atencion-a-la-salud-mental-segun-mhe
  4. Instituto Nacional de Salud Mental. (2024). La inteligencia artificial no reemplaza la terapia: La salud mental necesita escucha y acompañamiento humano. Gobierno del Perú. https://www.gob.pe/institucion/insm/noticias/1240078-la-inteligencia-artificial-no-reemplaza-la-terapia-la-salud-mental-necesita-escucha-y-acompanamiento-humano
  5. iComportamiento. (2024, septiembre 14). El impacto de la inteligencia artificial en la salud mental: ¿Amiga o enemiga? https://icomportamiento.com/blog/el-impacto-de-la-inteligencia-artificial-en-la-salud-mental.html