¿Tristeza o depresión?: dos caras de distintas monedas

“Ninguna oscuridad dura para siempre. E incluso allí, hay estrellas”

Úrsula K. Le Guin

 


Cuando nos sentimos tristes, decaídos, o incluso cuando estamos pasando por problemas personales, es común que muchos de nosotros digamos:

—Estoy depre.

Sin embargo, es importante diferenciar que la tristeza no es lo mismo que la depresión.

La tristeza es una emoción y, como tal, es una respuesta natural cuando nos encontramos en una situación adversa, cuando hemos tenido un problema, etc.

Por otro lado, la depresión es un trastorno psicológico, es un conjunto de síntomas que bloquea y limita nuestra vida, ya sea a nivel profesional, personal o de pareja.

La tristeza podría ser un síntoma de la depresión, pero no la define.

A lo largo de nuestra vida afrontamos muchos tipos de problemas; sin embargo, lo que provoca la tristeza no es el problema como tal, sino la forma en cómo interpretamos la situación vivida y el valor que le damos.

Por ejemplo, la tristeza es la emoción más común de experimentar cuando se presenta una pérdida de un ser querido o duelo. A su vez, ante situaciones como presentar una enfermedad o la pérdida del empleo es natural sentirse triste e incluso experimentar otro tipo de emociones; sin embargo, el cómo valores la situación provocará la intensidad de la emoción, es decir, que estés más triste o menos triste, así como su duración y frecuencia.

Es importante recordar que las emociones pueden ser como un termómetro y, como tal, nos están diciendo que algo está pasando. Es así que la tristeza no es ajena a esto, siendo importante reconocerla y aceptarla como una respuesta natural, que transitará y, por tal, será pasajera.

A continuación, te presentamos algunos consejos para que aprendas a lidiar con la tristeza:

  • Identifica aspectos positivos de la vida. Cuando una persona está triste tiende a hablar de lo que no funciona y centra su atención en lo que resta. Aprendamos a centrar nuestra atención en lo que suma.
  • Entrena tu comunicación no verbal. El hecho simplemente de sonreír, de adoptar una postura esperanzadora, hará que esa retroalimentación de la comunicación no verbal le indique al cerebro “puedo estar bien”. Pero si se adoptas una postura alicaída, bajas el mentón o caminas despacio, tu cerebro entenderá lo contrario y te sentirás mal.
  • Sé agradecido y no pierdas la perspectiva. Cuando tienes el foco de atención en lo que no funciona, te das cuenta que te faltan muchas cosas para ser feliz, perdiendo la perspectiva porque pierdes de vista aquellas cosas que realmente te producen placer. Por lo tanto, es importante agradecer incluso por la comida que tienes o por tener agua caliente o por cosas que te pueden parecer tan comunes pero que tienen valor.
  • Crea placeres. Si te encuentras triste, no te quedes con la idea rumiante: “qué triste estoy”. Trata de salir de ese estado haciendo algo que te ayude a cambiar esa emoción. Tal vez no puedas hacer una actividad que requiera mucha motivación, no obstante, puedes salir a caminar, puedes leer un libro, cambiar el ambiente en el que estás o realizar una actividad que te genere distracción.
  • Cuídate. Es importante que te dediques tiempo. El autocuidado personal, la imagen que proyectas a los demás da una imagen de ti, pero a ti mismo también te estás dando una información positiva que te ayuda a mejorar tu estado de ánimo.
  • Permítete estar mal de vez en cuando. Las emociones existen porque tienen un sentido evolutivo, necesitas de vez en cuando sentir tristeza, ya que es la reacción natural frente a una pérdida o algo que te duele en un momento determinado.
  • Piensa en soluciones más que en problemas. Es importante que trabajes la parte creativa. En lugar de enredarte en el bucle de lo que no funciona, ponte a pensar en qué ideas se te ocurren para que la situación mejore.
  • Olvida las etiquetas, tú emoción no te define como persona. Las etiquetas nos condicionan y nos comportamos conforme a lo que la gente dice que somos o lo que nosotros mismos decimos que somos.
  • Ponle un “stop” a los pensamientos limitantes. Pensamientos como: “nunca voy a salir de aquí”, “no voy a poder”, “no tengo la capacidad”, “no sirvo para nada”, no son funcionales porque no te ayudan en nada. Bríndate la oportunidad de ponerlos a prueba para ver si son ciertos o no.

Recuerda, es natural sentirnos triste a veces, ya que esta es una emoción natural, necesaria y adaptativa, la cual transita en nosotros cuando nos acontece algo negativo y nos ayudará a gestionar lo que ha ocurrido, así como a empezar una nueva etapa. Sin embargo, debes considerar también que si tu estado de ánimo te impide continuar con las actividades que hacías antes y que esta respuesta emocional es desproporcionada a la situación que vives, es importante pedir ayuda. Toma en cuenta que existen muchas opciones para la atención por parte los profesionales de la salud mental a través de citas virtuales e incluso por teléfono.

Fuente:

  1. https://psicologiaymente.com/psicologia/diferencias-tristeza-depresion
  2. https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/depresion/2016/04/08/seis-consejos-afrontar-tristeza-dia-dia-112299.html
  3. https://lamenteesmaravillosa.com/cinco-ideas-para-dejar-atras-la-tristeza/