Un reciente estudio demuestra que la administración de mezclas lácteas fortificadas con hierro y zinc mejoran los niveles de hemoglobina en niños en edad preescolar y escolar.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigadores de la Universidad San Ignacio de Loyola, la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, el Hospital Nacional Alberto Sabogal Sologuren y un grupo industrial lácteo realizó un ensayo clínico que incluyó a niños con niveles en el límite inferior de los rangos de normalidad o anemia leve.
En nuestro país, el Ministerio de Salud señala que la anemia infantil afecta al 43.6 % de los niños de 6 a 36 meses, siendo más prevalente en los niños de 6 a 18 meses, en este grupo seis de cada diez niños presentan anemia.
El estudio se realizó en el Centro de Salud Juan Pablo II de la comunidad de Yura (Arequipa), ubicada a 2590 metros sobre el nivel del mar, e incluyó a niños de 2 a 10 años.
Para llevar adelante el estudio, los niños fueron inscritos y asignados al azar a uno de los dos grupos de investigación: el grupo experimental recibió la mezcla láctea fortificada con hierro y zinc; mientras que el grupo de control recibió la mezcla láctea no fortificada.
Tras la intervención, se demostró que la ingesta diaria de la mezcla láctea fortificada con 9,9 mg de pirofosfato de hierro y 6,3 mg sulfato de zinc, dividido en dos tomas diarias durante 24 semanas, mejoró los niveles de hemoglobina y los índices antropométricos.
Además, el peso aumentó en ambos grupos de estudio, mostrando mayores proporciones en el grupo experimental, lo cual se debería a que la mezcla láctea fortificada mejoró la función biológica del sentido del gusto y el apetito.
También se evidenció un aumento de la concentración de hemoglobina en ambos grupos al final de la intervención.
El dato:
La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2020, indica que en Perú el 40 % de niños entre 6 y 35 meses y el 29 % de los menores de cinco años padecieron de anemia.